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Coninagro mide la competitividad de las economías regionales, mientras negocia nuevas medidas con Sica

 

 

Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada) consiguió una reunión a puertas cerradas con el ministro de Producción, Dante Sica, para discutir la letra chica de la nueva agenda productiva que prometió Macri para pymes y emprendedores en la que están trabajando Producción, Trabajo y cámaras empresarias, para traer alivio impositivo y para avanzar, como dijo el propio presidente, en una “agenda de crecimiento”.

Otro de los temas clave de la reunión será cómo ganar competitividad en las distintas economías regionales del país. Precisamente, antes de la reunión con el ministro, Coninagro presentó un índice para mejorarla, el cual fue trabajado desde el área económica de la entidad junto a la consultora de economía y empresas Ecolatina, y se publicará de modo trimestral.

¿En qué consiste este Índice de Competitividad (IC) en el que trabajaron durante 6 meses? En una construcción metodológica que permite medir y representar, mediante un único número, la evolución de la competitividad conjunta de nuestras economías regionales argentinas.

El concepto de competitividad utilizado para realizar este índice, no sólo busca reflejar factores económicos sino también aspectos referidos al bienestar social, la calidad institucional y la influencia del entorno.

“Una sociedad de garantías recíprocas es lo que buscamos con este tipo de índices lanzados junto a Ecolatina. Trabajamos para que los productores sean más competitivos, trayendo propuestas que permitan alcanzar dicho objetivo. Por eso, recorrimos todo el país para conocer el perfil de los pequeños y medianos productores, con sus diferentes idiosincrasias, hasta encontrar puntos en común que nos permitan analizar la evolución de las actividades que se realizan en las diferentes regiones”, dijo el presidente de Coninagro Carlos Iannizzotto, durante la presentación del trabajo.

El IC se construyó sobre la base de 18 economías regionales y se hizo un análisis de estas durante los últimos 3 años. Por cada economía regional analizada, Ecolatina construyó 24 indicadores que fueron agrupados en 7 dimensiones que permiten obtener un único indicador que refleja el desempeño de la competitividad a lo largo del tiempo. Las dimensiones en cuestión son los recursos naturales, la infraestructura, la población, el entorno macroeconómico e institucional, el desempeño económico propio de cada economía regional, el sector externo y la calidad y diferenciación. 

Para Mariangel Ghilardi Sierra, Coordinadora de Estudios Sectoriales de Ecolatina, y la encargada de explicar el funcionamiento del índice, la medición es imprescindible en la gestión, y por eso citó una frase del físico William Thomson Kelvin: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no se mejora se degrada siempre”, y explicó a los Bichos de Campo que “a la competitividad hay que entenderla como algo multidimensional. La discusión no es sólo la del dólar, sino que hay que pensar en las mejoras socioculturales que dan las economías regionales al mejorar su competitividad”.

Los datos de 2018 no son positivos, según Ghilardi, debido a que “el índice detectó que la competitividad multidimensional fue 1,6% menor a la de 2017. La clave de esta herramienta es el análisis y monitoreo de la competitividad de economías regionales, tanto de modo global como particular, para medir el impacto de las políticas públicas, y para tomar decisiones estratégicas que incluya la formulación de nuevas políticas”.

Pero ese no es el único dato negativo que brindó el IC elaborado por Coninagro y Ecolatina. En el caso puntual de la leche, por poner un ejemplo de entre las 18 economías regionales analizadas, la competitividad retrocedió 6,2% en el promedio anual de 2018″.

La versatilidad de la herramienta reside en que permite agregar variables de distinta naturaleza en un índice general, analizando cada economía regional en forma particular, siguiendo su desempeño a lo largo del tiempo, y aunque no es posible comparar las economías regionales en función de su situación, sí es posiblemente hacerlo en base a su evolución.

Escuchá lo que nos decía Mariángel Ghilardi Sierra, economista de Ecolatina:

Entre las variables que agrega este índice, se monitorea la competitividad de las economías regionales; se analiza el impacto de políticas públicas y se identifican fortalezas y debilidades sobre las cuales concentrar esfuerzos para identificar riesgos y oportunidades.

Las economías regionales que incluye el índice son: algodón, arroz, carne bovina, carne avícola, cítricos, granos, hortalizas, leche, maní, manzanas, miel, ovinos, papa, peras, porcinos, vino y mosto y yerba mate.

Durante la presentación se enumeraron las tareas de la entidad con la mirada puesta en las producciones regionales: la presentación de una Ley de economías regionales, los aportes presentados para mejorar una ley de seguros y la Ley de semillas, sumado a pedidos reiterados por una baja en los impuestos, todas ellas gestiones y acciones para mejorar la competitividad de los productores agroindustriales, según indicaron desde Coninagro.

El ministro de Producción Dante Sica, el secretario de Agricultura Familiar, Santiago Hardie, y la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher se excusaron por no poder estar presentes, pero sí estuvieron el coordinador de políticas para la Agricultura Familiar, Julio Curras, el subsecretario de Desarrollo Territorial, Felipe Crespo, y el director del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Eduardo Fontenla.

Otro de los presentes, José Eduardo Rodriguez, director del área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), comparó el índice de competitividad con el semáforo de las economías regionales que elabora el área económica de Coninagro dirigida por Silvina Campos Carlés, y con el índice IPOD elaborado por la Came, que mide mensualmente la brecha entre el valor de origen y la góndola para 25 alimentos.

“Instrumentos como estos nos permiten identificar el valor que percibe el productor y lo que paga en góndola el consumidor, y permitirá a los gobernantes elaborar políticas acordes para cada economía regional”, consideró Rodríguez.

Un índice más que suma una entidad agropecuaria, ante las quejas por la presión tributaria, las altas tasas de interés y las subas de tarifas. Si la rebaja de aportes patronales a las economías regionales no fue suficiente, entonces… Este índice ¿Podrá salvarlas?.

VER ADJUNTO INDICE DE COMPETITIVIDAD

 

 

 

 

 

 

 

FUENTE: por Julia Luzuriaga 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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